La relación entre la situación económica y la felicidad


Desde el origen de la psicología misma, los investigadores están estudiando la relación entre el dinero y la felicidad.
Lo que los expertos saben bien, es que en esta relación hay otro componente fundamental: la esperanza de vida, o mejor dicho, lo que tu crees que vas a vivir.


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Empecemos por el principio, los biólogos utilizan una teoría histórica para explicar las estrategias reproductivas de todos los animales y hay dos estrategias básicas: la ‘estrategia rápida’ y la ‘estrategia lenta’.
La estrategia rápida implica el tener tanta descendencia como sea posible a una edad temprana. Esta estrategia se logra porque se minimiza la inversión en el desarrollo que el animal hace en si mismo y en su propia descendencia.
Piense, por ejemplo, en los insectos o pequeños mamíferos, que tienen muchísima descendencia, pero no gastan recursos ni energía en nutrirlos. ¿Por qué es esto? La experiencia de vida y su memoria genética les indican a estos animales que no vivirán por mucho tiempo.

Por otro lado, tenemos a los animales como los humanos, los elefantes, ballenas y otros típicamente grandes, que gastan una gran cantidad de recursos y energía en sus crías, antes de que éstos lleguen a la madurez.
Esta clase de seres vivos, tienen poca descendencia y pasan gran cantidad de tiempo cuidando a sus crías.
Sólo los animales que tienen la posibilidad de vivir una vida larga, pueden permitirse este tipo de estrategia. Es la estrategia reproductiva lenta.


El aspecto clave de esta teoría historia de vida es: cuanto más bajas sean las expectativas de vida de los animales, más rápida será su estrategia reproductiva.
Esto explica las diferencias en las estrategias reproductivas entre animales con vidas cortas y vidas largas.

Distintos estudios han demostrado que esta teoría también funciona en el ámbito de los seres humanos: por ejemplo, los niños que crecen en ambientes hostiles e inseguros (pobreza, guerras, situaciones de abuso) tienden a adoptar estrategias de vida “rápida” frente a niños criados en ambientes más seguros.
Los niños que adoptan la “estrategia rápida” tienden a ser más impulsivos, a tomar más riesgos en su salud y seguridad y tener relaciones sexuales a una edad más temprana.

De este modo, cuando las personas se enfrentan a una amenaza económica (pérdida de ingresos) la estrategia de vida que ese individuo posea, será fundamental en la reacción y en la forma de responder a esa situación.


El factor "felicidad"

Un equipo de psicólogos de la Universidad de Minnesota realizó un conjunto de pruebas a varios grupos de personas para analizar como había influido su nivel de estrés en la infancia con respecto a su situación posterior, a contextos económicos y como influyeron en su nivel de felicidad.

Para medir el nivel de estrés en la infancia, los investigadores utilizaron un marcador biológico infalible: el estrés oxidativo, mediante un análisis de orina.
El estrés en la niñez y las hormonas que el estrés provoca, dejan rastros reveladores, aún en la adultez.

Los puntos más importantes del experimento estuvieron basados en disponer a los participantes a pensar en una recesión económica y posteriormente relacionarla con asumir ciertos riesgos y la toma de decisiones impulsivas.


Los resultados

Los resultados arrojaron que las personas que tenían mayor estrés oxidativo, o sea que crecieron en medios más impredecibles y de condiciones duras, tomaron mayoritariamente la “estrategia rápida”, centrándose en los recursos actuales y en la gratificación inmediata. También se encontró que estas personas no se angustiaban excesivamente por las amenazas financieras a mediano o largo plazo e hicieron caso omiso de las consecuencias a futuro.

Por otro lado, las personas que crecieron en hogares sin problemas económicos ni grandes incertidumbres, estuvieron más cercanos a la “estrategia lenta”, tuvieron menos respuestas impulsivas que el otro grupo, se mostraron más prudentes en sus acciones, incluido con el dinero y por sobre todo, mostraron una gran angustia ante la posibilidad de falta de recursos económicos en el futuro.

El estrés en la niñez está fuertemente relacionado con el grado de felicidad o angustia que nos brinda la seguridad económica, esta tendencia puede influir en nuestras respuestas en forma automática, incluso a nivel fisiológico.