5 herramientas de comunicación para conversaciones difíciles


Debido a que los conflictos interpersonales provocan estados emocionales desagradables, la mayoría de nosotros estamos programados para evitarlos. Veamos 5 herramientas de comunicación que debemos saber para salir airosos de conversaciones difíciles.


conversación comunicación

Ya sea con personas de nuestro entorno social, laboral o con nuestra pareja, armado de estas cinco estrategias para actuar en conversaciones difíciles, podremos tener una mejor capacidad de tomar las medidas necesarias para conseguir algo que a priori podría parecer una diferencia irreconciliable.


1.) Reconocer que la evasión no funcionará

Inclinarse por un período de reflexión podrá resolver las emociones lo suficiente para abordar el problema más adelante, sin embargo, cuando dos personas ponen constantemente sus desacuerdos en "stand by", se corre el riesgo de no tener la oportunidad de resolver el conflicto subyacente.
Piense que si un conflicto no se soluciona, en cualquier momento puede reflotar y cuando ello ocurra pueden aparecer otras cuestiones no resueltas y ser arrastradas al debate, lo que tornará el conflicto a una escala mayor y mucho más difícil de resolver. En lugar de dejar que esa molestia le siga irritando, es mucho mejor armar a una estrategia para iniciar una conversación de una manera racional.


2.) La negatividad del "pero"

En una sentencia, el "pero" intenta suavizar el impacto de una mala noticia anteponiendo una buena. "Me gustó tal cosa, pero...", tras el pero viene el comentario crítico. Debe saber que las personas somos extremadamente sensibles al "pero" en una discusión. A pesar de ello, muchas personas utilizan la táctica "buena noticia/mala noticia" para informar algo que de seguro le será molesto a la otra parte.
"Usted puede mantener su diente, pero para ello necesita un canal de la raíz", dice el dentista. De hecho, se podría decir que estamos culturalmente condicionados para esperar algo malo cada vez que escuchamos el "pero" en una sentencia.
En una conversación verdaderamente difícil, debe tener en cuenta que el "pero" creará tensión en la otra parte.


3.) Preparar el camino para una conversación difícil

La razón por la cual en una discusión nuestros sentimientos estallan de forma descontrolada, es porque no hemos tenido la oportunidad de prepararnos ni mental ni emocionalmente. Generalmente cuando preparamos de antemano una conversación difícil tendemos a utilizar palabras más amables y tranquilizadoras, en cambio cuando la situación no fue planificada, se suelen utilizar términos más acusadores.


4.) Tratar de acordar objetivos comunes.

En cualquier negociación, el resultado es mucho más satisfactorio para todo el mundo si las partes deciden de antemano un conjunto aceptable de determinaciones para llegar a un acuerdo. En algunos casos, es importante no entrar en la discusión con un resultado predeterminado en nuestra propia mente (sobre todo en discusiones de pareja).
Los objetivos comunes dan, a las dos partes, una noción común de lo que debería ser el resultado. Cuanto más emocionalmente cargada sea la conversación, más importante es que se hayan acordado metas que preserven el bienestar emocional de todas las partes.


5. Manténgase optimista

La sensación de que la situación es desesperada es una casi segura manera de crear una profecía autocumplida. Una vez de que usted crea que todo está perdido, interpretará lo que diga la otra parte con una fuerte dosis de pesimismo.
Es perfectamente posible que manteniendo una postura optimista y estableciendo las bases de la conversación en los pasos de arriba (1 a 4) será capaz de resolver, o al menos de llevar el conflicto, de una manera que no sólo le parecerá más manejable, sino que también sea posible llegar a un fortalecimiento de los lazos con la otra parte.


Estos cinco consejos de comunicación y sobre todo el proceso de resolución de conflictos con éxito, es muy similar a algunas técnicas que logran manejar mejor el estrés en otras áreas de nuestra vida mediante la elaboración de acciones centralizadas en el problema.



¿Cuántos tipos diferentes de fuerzas poseemos?


tipos fuerzas

El ser humano tiene, en diferentes grados y tipos, una variedad importante de puntos fuertes. Estas características positivas de la personalidad son vistas como "quienes somos", en otras palabras, ellas forman parte de nuestra identidad esencial. Veamos un desglose de varios ejemplos de fortalezas que poseemos.


Talentos: son las fortalezas que poseemos en forma de habilidades innatas, normalmente tienen una carga biológica fuerte y pueden o no estar bien desarrolladas, por ejemplo la inteligencia, la habilidad para desenvolverse en determinada actividad, la capacidad atlética, etc.

Habilidades: son competencias específicas desarrolladas a través de la formación, por ejemplo, el aprendizaje de una actividad o el desenvolvimiento de diferentes destrezas.

Intereses: son los puntos fuertes en las áreas o temas que nos apasionan, como el trabajo, la práctica de algún deporte, las aficiones particulares, etc.

Valores: son creencias duraderas, principios o ideales que son de vital importancia para nosotros. Los valores residen en los pensamientos y sentimientos, como por ejemplo el valor de la familia y el trabajo.

Formas de aprendizaje: son las ideas o hipótesis sobre cómo nos acercamos a los nuevos componentes del aprendizaje, por ejemplo, se puede ser más reflexivo a la hora de aprender sobre un tema en particular, o podemos ser más interpersonales en su estilo, ya que deseamos recibir nuevas enseñanzas a través de la dialéctica en lugar de la lectura.

Recursos: es el único tipo de fuerza que es externo. Son nuestros apoyos circundantes tales como las conexiones sociales y quienes conviven en nuestro entorno.

Fortalezas del carácter: son las capacidades para pensar, sentir, desear y de comportarse. Es el reflejo de lo que somos y pueden ser vistas como parte de nuestra identidad positiva. El afán de justicia, la esperanza, la bondad y la capacidad de liderazgo son algunos ejemplos de este tipo de fuerza.


Una categoría que sirve como motor

La última de las mencionadas, las fortalezas del carácter, en muchos casos trasciende su categoría y sirve para apuntalar a las otras fortalezas. A menudo es la fuerza impulsora, por ejemplo es común utilizar la esperanza como desarrolladora de una nueva habilidad en el trabajo, la curiosidad para explorar un área de interés o la gratitud y la bondad para aprovechar los recursos externos. Indudablemente, las fortalezas del carácter nos ayudan a hacer fuertes a la mayoría de las otras fortalezas.

A lo largo del tiempo a medida que envejecemos, algunas de estas fuerzas pueden variar, por ejemplo, nuestros talentos pueden ser malgastados, nuestras habilidades probablemente disminuirán, nuestros recursos cambian o se pueden perder. Pero cuando nos centramos en nuestras fortalezas del carácter, éstas se desarrollan, evolucionan y se pueden integrar con las otras cualidades positivas para contribuir a un mejor funcionamiento de ambas.



Publicidad subliminal: los mensajes que no detectamos


La idea de que podemos ser influenciados por estímulos que no detectamos conscientemente, es una sensación que en las últimas décadas ha intrigado a muchas personas. ¿Cuánto tiene de realidad la publicidad subliminal?



Desde mediados del siglo pasado, se ha hecho muy popular la creencia de que una imagen que aparece muy fugazmente en una pantalla de televisión o cine y que no percibimos, puede hacernos comprar ciertos productos. ¿Cierto o falso?
La respuesta es: depende, ya que si bien hay falsas creencias largamente sostenidas acerca de la publicidad subliminal, en algunos casos puede influir.


¿Qué es la publicidad subliminal?

La publicidad subliminal es cuando se hacen uso de imágenes o palabras (denominados estímulos) que no detectamos en forma consciente. Estos estímulos pueden ser indetectables por dos razones, porque están ocultos en alguna otra imagen o porque se presentan en la pantalla tan brevemente que no somos conscientes de lo que hemos visto.
¿Qué tan breve tiene que ser un estímulo para ser indetectable? Hay una estimación de que las personas a partir de las tres milésimas de segundo no somos conscientes de lo que hemos visto, o sea, en este caso estaríamos hablando de una influencia inconsciente.


Un sondeo realizado en Estados Unidos e Inglaterra en 2011 mostraba que las tres cuartas partes de las personas encuestadas sabían de la existencia de la publicidad subliminal y casi el 50% decían sentirse susceptibles a ella.

El mito de la influencia inconsciente

Este mito se inició en EEUU en el año 1957 después que dos anunciantes, James Vacary y Frances Thayer publicaran una investigación en la que afirmaban que una publicidad subliminal de Coca Cola en una película, hizo aumentar las ventas del producto en un 18% y que en otro filme aparecía subliminalmente el mensaje “comer palomitas de maíz” y esto había aumentado notablemente el consumo del producto.

Al año siguiente, un hombre llamado Vance Packard publicó un libro titulado "Los persuasores ocultos" en el que hablaba de cómo los anunciantes podían controlar a los consumidores apelando a su inconsciente. Se podría decir que las afirmaciones de Packard en su libro, equiparaban la capacidad de los publicistas de influir sobre las personas con las de un titiritero moviendo los hilos de una marioneta.

Después de los datos del estudio de Vicary y Thayer y del libro de Packard, la gente comenzó a creer que los anunciantes podrían utilizar la publicidad subliminal para hacerles comprar cualquier cosa, incluso se llegó a decir que mediante este mecanismo se podía lograr que la gente votara a determinados políticos.

El temor a la publicidad subliminal fue en gran parte infundada, ya que no sólo los datos del libro de Packard eran sumamente exagerados sino que la investigación de los publicistas Vicary y Thayer era falsa. Efectivamente, todo fue inventado sin otra razón que promocionar su agencia de publicidad.
A pesar de saberse que todo era una mentira, el mito de la publicidad subliminal sobrevivió y su poderosa influencia aún perdura.


Cuando la influencia inconsciente sí funciona

Si bien el temor a la publicidad subliminal es en gran parte infundado ¿podemos ser influenciados inconscientemente? La respuesta es sí.
Muchas investigaciones demuestran que los consumidores pueden ser influenciados en su comportamiento a pesar de no ser consientes. Por ejemplo, una investigación de la Universidad de Princeton mostró que cuando en una licorería hay música francesa de fondo, la gente compra más vino francés y cuándo hay música italiana compra más vino italiano, pero cuando se les preguntó a los clientes qué lo llevó a elegir ese vino, muy pocos mencionaron la música.
También es sabido que las personas que ven a alguien saboreando un helado, no sólo aumentaban sus posibilidades de comer uno, sino que curiosamente tienden a consumir la misma cantidad de helado que la otra persona.

Está claro que nuestro consumo puede estar influenciado inconscientemente, pero llegado a este punto debemos dejar dos cosas en claro: lo primero es que para que los estímulos subliminales tengan éxito, deben apelar a necesidades y objetivos reales, por ejemplo, de manera inconsciente se puede lograr que una persona beba más, pero si tiene la necesidad de beber.
En segundo lugar, los expertos en marketing saben muy bien que los consumidores no deben ser conscientes de los estímulos que influyen sobre ellos. Por ejemplo, si a los clientes de la tienda de licores se les dice de antemano que la música italiana los llevará a comprar vino italiano, probablemente elijan un vino de otro origen.

Mientras que un número importante de gente todavía piensa que la publicidad subliminal puede hacernos comprar cosas, lo que es un mito, la investigación ha demostrado que los estímulos inconscientes si pueden influir en nuestro comportamiento, pero no de una forma muy potente.



Cómo y por qué evitar el castigo físico en niños


castigo físico niño

Cuando nacemos, los seres humanos poseemos similares respuestas a estímulos que tenemos cuando ya somos mayores: el placer, la sorpresa, la ira, la angustia, la vergüenza, el asco, etc. A medida que crecemos, estas respuestas se combinan con la experiencia para formar una vida emocional más compleja.

Aún en países desarrollados, todavía hay muchísimos adultos que aprueban el castigo físico a pesar de que las evidencias apuntan a que, no sólo no funciona, sino que empeora las cosas, además de que hay alternativas eficaces.
El castigo físico implica el uso de la fuerza corporal con la intención de que el niño experimente incomodidad y dolor con el fin de corregir su conducta. Esto incluye nalgadas, golpes, bofetadas, pellizcos, azotes, etc.


Por ejemplo, en Estados Unidos el 60% de los adultos aprueba el castigo físico a niños, además, en 19 estados de ese país, el castigo corporal por parte de maestros es legal en las escuelas.

Las investigaciones demuestran que los niños que son golpeados se identifican con el agresor y serán más propensos a convertirse ellos mismos en abusadores de su cónyuge e hijos. Es una forma de dar a entender al niño que la violencia es un forma de tratar los conflictos.

La evidencia muestra que el castigo físico es increíblemente perjudicial en todos los niveles del desarrollo. Cientos de estudios documentan que este tipo de castigo se asocia con una posterior conducta antisocial, agresión verbal y física, delincuencia, baja calidad de relaciones entre padres e hijos y alteraciones en la salud mental.


Alternativas eficaces al castigo físico

Existen una variedad de alternativas que proporcionan a los padres una mayor comprensión acerca del desarrollo de sus hijos y en ciertos casos, disminuir la frustración e impotencia que a menudo conducen al castigo corporal. Una de las maneras más útiles de lograr esto es promover las palabras en vez de las acciones.

Si el niño pudiera verbalizar sus sentimientos, aprendería a retrasar la acción. El aumento de su capacidad de poner palabras a los sentimientos y acciones daría como resultado una mayor regulación de su tensión y auto-conciencia, esto daría lugar a tomas de decisiones más reflexivas.
Veamos algunas opciones de cómo puede llevarse a cabo este proceso:

  • Usar palabras en vez de acciones, hable con el niño acerca de cuáles comportamientos son aceptables y cuáles no, lo que es peligroso y por qué.
  • Escuchar al niño y saber por qué hizo algo o lo dejó de hacer, al permitirle explicar sus razones aumentarán sus capacidades para las tomas de decisiones.
  • Ayude al niño a etiquetar sus sentimientos con palabras tan rápido como sea posible, los nueve sentimientos innatos que poseemos los humanos (el interés, el disfrute, la sorpresa, la ira, la angustia, la vergüenza, el miedo, la repulsión y el asco) deben ser etiquetados con palabras. Esto facilitará la regulación de la tensión y ayudará a la transición hacia formas más maduras del manejo de las emociones.
  • La palabra "disciplina" viene del latín "discere" que significa "aprender" y en el comportamiento infantil tiene un significado especial, ya que estas conductas se conectan directamente con los sentimientos internos. Por tanto, la disciplina es un proceso que se ocupa del aprendizaje de la conducta y de los sentimientos que la causan.
  • Mejorar la autoestima del niño mediante elogios cuando cumpla con las normas de conducta, la reafirmación positiva es mucho más eficaz para obtener el cumplimiento de comportamientos a largo plazo, que cualquier tipo de castigo.
  • Los niños se identifican con sus padres, por lo tanto, sea un buen ejemplo. Ellos tienden a imitar a sus padres tanto en sus acciones como en sus palabras.
    Como se desempeñan, como hablan o como se comportan sus padres, tiene un profundo impacto en el desarrollo de los hijos.

Para terminar...

El castigo físico es de eficacia limitada y tiene, potencialmente, efectos secundarios muy nocivos. Se debe ayudar y alentar a los padres a desarrollar métodos que no sean los azotes corporales para controlar el comportamiento no deseado.
Si realmente queremos sociedades con menores niveles de agresividad y violencia, no golpear a los niños es una buena forma de comenzar.