Las caras en movimiento son más atractivas


He aquí un dato reconfortante para aquellas personas que se exasperan cuando se ven en una foto. Según una investigación, nuestro cerebro considera a los rostros como más atractivos cuando éstos están en movimiento.


cara movimiento atractiva

El estudio, que fue realizado por el Departamento de Psicología de la Universidad de California, concluye que las personas valoran como más atractivos los mismos rostros en vídeos, o sea estando en movimiento, que en imágenes estáticas.
En otras palabras, si usted cree que quedó horrible en las fotos de aquella fiesta, no se preocupe, en el vídeo seguramente ha salido mejor.

Los autores de esta investigación llamaron al relativo atractivo de los rostros estáticos como "efecto de cara congelada". Ellos piensan que podría tener que ver con la manera en que el cerebro forma la representación de un rostro en movimiento, que es un promedio de las diversas posiciones y perfiles de dicha cara. Esto encajaría con estudios anteriores que muestran que los rostros de rangos medios son juzgados como más atractivos.
Otra posibilidad es que encontremos a la fisonomía de los rostros en movimiento como más atractiva porque es la forma óptima de observación que tienen nuestros mecanismos neurales de reconocimiento facial. Después de todo, la cámara de fotos se inventó hace relativamente poco tiempo y nuestros sistemas cerebrales de procesamiento de rostros han evolucionado durante miles y miles de años para procesar facciones en movimiento, no estáticas.


La investigación

Los investigadores seleccionaron a un grupo de 20 individuos heterosexuales de ambos sexos y de edades que oscilaban entre los 18 y 38 años, las imágenes que se mostraban a cada uno siempre eran del sexo opuesto. Se les solicitó que ante cada prueba (en total fueron 6) calificaran con un puntaje preestablecido el atractivo del rostro que estaban observando.
Por ejemplo, algunas de estas pruebas consistieron en vídeos de personas hablando en ambientes naturales, así como algunos fotogramas estáticos que componían ese mismo vídeo. Otra de las pruebas consistió en ver vídeos de personas y además imágenes que no eran parte del fotograma de la cinta, sino fotos obtenidas especialmente para la investigación. También se hicieron pruebas con imágenes invertidas, tanto de vídeos como fotos.
Otro experimento consistió en dar calificaciones de atractivo a grupos de imágenes estáticas de los vídeos y fotos en posiciones similares, esta prueba les servía a los investigadores saber si la cantidad de información disponible era o no lo que producía el "efecto cara congelada".

En todas las pruebas, las mismas caras recibieron consistentemente mejores calificaciones en los vídeos que en las imágenes estáticas para ambos estímulos, es decir, para imágenes al derecho o invertidas. En general, los rostros mejor valorados tenían un movimiento continuo y natural, no fueron sensibles a la inversión de imágenes y los puntajes no se debieron a un efecto de memoria.

Los investigadores dijeron que estos estudios podrían explicar por qué la fotografía de caras es tan difícil de dominar y por qué las personas siempre se ven peor en las imágenes estáticas.


Referencia:
http://journal.frontiersin.org/article/10.3389/fpsyg.2012.00022/abstract



Guerras, pandemias y la falible memoria colectiva


Si le preguntásemos a mucha gente cuáles fueron las mayores catástrofes humanitarias de los últimos 100 años, es muy probable que un gran porcentaje responda que la mayor fue la Segunda Guerra Mundial, seguida de la Primera Guerra Mundial.


guerra

Durante la Segunda Guerra murieron alrededor de 50 millones de personas y 17 millones en la Primera Guerra. Pero hubo otra catástrofe que pocas veces se menciona: la pandemia de gripe de 1918 – 1920. Más conocida como la "gripe española", que se cree que pudo llegar a matar a cerca de 100 millones de personas.
¿Por qué este hecho ha caído en el olvido colectivo o al menos no tiene el impacto de las guerras?

Ciertamente, "gripe española" es un término confuso, que se debió a que las naciones en conflicto de la Primera Guerra censuraron las noticias referentes a esta pandemia para no diezmar la moral, cosa que no hizo España, ya que no participó en la contienda. Por tanto, las primeras víctimas que los grandes medios europeos informaron eran españolas. Es por ello que en un primer momento se creyó que la epidemia tenía su origen la península ibérica.

Las razones de que esta calamidad ha sido tan a menudo pasada por alto tienen que ver con la naturaleza del recuerdo colectivo, o mejor dicho, del olvido. Y nos muestra como la memoria colectiva, al igual que la memoria individual, es sorprendentemente falible.


Estructuras narrativas

Hace unos años, el antropólogo de la Universidad de Washington, James Wertsch, observó que los recuerdos colectivos tienden a seguir una estructura narrativa simple, que tiene un principio, un desarrollo y un fin. Las guerras se ajustan muy bien a este patrón.
Por ejemplo, una encuesta de 2014 mostró que los recuerdos de los estadounidenses referentes a la Segunda Guerra se construyen en torno a tres grandes eventos: el bombardeo a Pearl Harbour, el Día D (desembarco aliado en Francia), y el lanzamiento de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, es decir, comienzo, punto de inflexión y fin. Otros eventos de esta guerra, o bien fueron relegados o se fusionaron con éstos.

En cambio, las pandemias carecen de una estructura de este tipo. Por ejemplo, en algunos lugares la gripe española había finalizado en tan sólo seis semanas, por tanto, no hubo tiempo para que se desarrolle un relato. Otro punto importante es que los recuerdos colectivos tienden a resaltar elementos heroicos o míticos, y no hay vencedores en una pandemia. Tampoco hay figuras de alto perfil, de manera que la gente recuerde ciertos episodios a través de ellos.


Sin embargo, los intentos de omisiones colectivas no siempre inducen a olvidar, los armenios que viven en Turquía todavía recuerdan el genocidio de la década de 1910, a pesar de que la ley turca restringe el debate público sobre aquel episodio. Algo similar ocurrió en la Lituania ocupada por la Unión Soviética. En estos casos, muchas veces ocurre que los recuerdos reprimidos políticamente se transforman, per se, en un poderoso motivo para no olvidar.

También sería bueno recordar que en 1920 hubo una influyente corriente cuyo interés era borrar los recuerdos de la gripe española. Ni médicos ni científicos pudieron detener esta peste (básicamente porque no sabían que la influenza era causada por un virus), junto con los políticos que tampoco tenían nada para ofrecer. En estos círculos, muchos llegaron a ver la pandemia como una derrota humillante.
Alguna vez el historiador alemán Wilfried Witte escribió, "los políticos no tenían ningún interés en construir monumentos a la gripe, sin embargo, los monumentos a las guerras mundiales abundan, tanto de hormigón como psicológicos, a pesar de ello, no fueron la mayor catástrofe del siglo XX. En este caso, el olvido inducido ha sido muy eficaz, al menos hasta ahora".



La felicidad es un trabajo interno


A menudo, en mi práctica de terapia, los pacientes me preguntan cuál es el componente clave de la felicidad. La respuesta no es tan difícil y voy a tratar de explicarla en este artículo.


felicidad

En primer lugar, vamos a explorar que es lo que nos causa el sufrimiento.
Hace un tiempo, atendí a una mujer que tenía problemas con su peso. Ella se sentía gorda y poco atractiva, esto la hacía ser muy autocrítica con su cuerpo. Durante una de nuestras sesiones María (así se llamaba) me contó que una vez, hace 5 años, su marido le hizo un comentario desagradable sobre su peso. Ella me contó cuanto le dolieron esas palabras, y la forma en que ese comentario se añadió a una larga lista de pensamientos autocríticos, que con frecuencia ocupaban su mente. Aunque la transgresión de su marido se llevó a cabo sólo una vez, cinco años después, esas palabras aún le seguían consumiendo sus pensamientos.

Este comentario me ayudó a descubrir que su sufrimiento procedía de sus propios razonamientos. Cuando María se centraba en conceptos negativos, ella sufría.
Por tanto, trabajamos de manera de conseguir que dejara de pensar en cosas negativas y que disfrutara más de la vida. Como resultado de esto, su sufrimiento disminuyó drásticamente.

Desde hace varios años, una de las técnicas que empleo con algunos pacientes, es pedirles que vayan a dar un paseo de media hora por un bonito parque cercano a mi consultorio y que vuelvan. Es notable como un paseo de 30 minutos en la naturaleza cambia el estado de las personas. ¿Por qué una simple caminata por un parque provoca un cambio tan drástico? Esto ocurre porque todo nuestro sufrimiento proviene de nuestra mente, de nuestros pensamientos pasados, y la naturaleza tiene la facultad de conectarnos con el tiempo presente.


El tiempo presente

El sufrimiento es, principalmente, un proceso interno, lo que significa que su solución debe venir también desde nuestro interior. Cuando la mente está enfocada en el presente, generalmente está mejor. Una vez que deja de invocar historias, el sufrimiento se detiene. En otras palabras, el desconsuelo reside en nuestra cabeza, por lo que al relajarla, el sufrimiento cesa.

Cuando usted vive en "lo que es", siempre hay algo hermoso para ver. Recuerdo que hace varios años atendía a personas que estaban en prisión, incluidos algunos en régimen de aislamiento. Una vez, uno de los detenidos me expresó lo hermosa que se veía una franja de sol que entraba todas las mañanas a su celda y lo feliz que se sentía en ese momento. Es decir, cuando se vive en el presente, aún en circunstancias difíciles, la felicidad como estado natural es posible de alcanzar.

Saber mantener la mente en el presente y que no nos azoten pensamientos antiguos, es una habilidad. En realidad es algo que todos teníamos cuando éramos niños. De hecho, los niños pequeños son capaces de mantenerse en ese estado durante todo el día. Pero a medida que crecemos, vamos olvidando como lograr esto. Pero si conseguimos reaprender esta habilidad, volveríamos a lo que yo llamo “nuestro estado natural”, y viviríamos más felices. La buena noticia es que la posibilidad está en nuestro interior y es accesible a cada uno de nosotros.



Solidario o guapo: ¿Qué hace a un hombre más atractivo?


La solidaridad desempeña un importante papel en la elección de pareja, sobre todo en las preferencias de las mujeres proyectadas en el largo plazo. Un estudio analiza cómo estas predilecciones interactuaron con otra importante variable en la elección de pareja: el atractivo físico.


hombre mujer pareja

Las mujeres se sienten especialmente atraídas por hombres que son altruistas y guapos, pero estos rasgos juntos son poseídos por pocos individuos. Así que, si una mujer tuviera que elegir ¿cuál sería más importante? Una investigación nos ayuda a encontrar una respuesta.


La investigación

Para averiguar esto, el psicólogo Daniel Farrelly, profesor de la Universidad de Worcester en el Reino Unido, indagó a 220 mujeres heterosexuales.
Farrelly mostró a las participantes varios pares de fotografías de hombres en la pantalla de un ordenador. Cada par consistía en un hombre guapo y en otro no tan atractivo.
Posteriormente se podía observar a cada hombre en varios escenarios diferentes. Por ejemplo, el primer escenario consistía en que dicho individuo estaba pescando en la orilla de un río, de pronto ve a un niño en el agua y a una mujer que grita desesperadamente por ayuda, pidiendo que salven a su hijo.
Los hombres de cada par previamente vistos en el ordenador (no importaba si era el más atractivo o no) actuaban de forma totalmente diferente, mientras que uno de ellos se arrojaba al agua a salvar al niño, el otro decidía no tirarse al río para socorrer al pequeño.

Un segundo escenario consistía en ver a los individuos de las imágenes del ordenador caminando por la calle de una ciudad. En un momento se ve a una persona sin hogar en la puerta de un bar. Uno de los individuos decide entrar al establecimiento a comprar un sándwich y un café para el indigente. Mientras tanto, el otro individuo seguía caminando, sin dar importancia a la persona necesitada.


Los resultados

Las puntuaciones medias de deseabilidad marcaron que, ante similares apariencias físicas, los hombres solidarios fueron calificados como más atractivos (3 puntos) que los no solidarios (2,1 puntos). En términos generales, el ser solidario parece ser muy bien valorado por las mujeres, ya que los hombres no altruistas fueron considerados como menos atractivos que los hombres físicamente poco atractivos. En cambio, los hombres con altos puntajes de solidaridad resultaron más atractivos que los hombres guapos.
En términos más simples, la apariencia física de un hombre parece ser menos importante para una mujer que su solidaridad.
Cabe destacar que en las imágenes de ordenador, antes de ver los dos escenarios, los hombres atractivos recibieron, de media, una puntuación de 2,8 puntos y los hombres menos atractivos obtuvieron promedialmente 2,1 puntos.

Por supuesto, la comparación del altruismo o solidaridad con el atractivo físico es como comparar peras con manzanas. No medimos la belleza de un hombre y su generosidad en la misma escala. Tal vez, la solidaridad podría ser valiosa en escenarios muy puntuales, como los presentados en esta investigación. Lo mismo podría decirse de las fotografías, si la mujer encontraba a los dos hombres de las imágenes con un atractivo físico bastante similar, no es sorprendente encontrar que ella otorgue mayor peso al altruismo a la hora de juzgar la conveniencia por alguno de ellos.

No menos interesantes fueron los resultados cuando se evaluaron estas preferencias con el tipo de relación que podría esperar una mujer. Por ejemplo, se encontró que los individuos solidarios calificaron como más atractivos para una relación de largo plazo, que para una aventura. Paralelamente, los hombres egoístas o no solidarios recibieron mejores puntajes cuando se los asoció con una relación de corto plazo. Investigaciones anteriores ya habían sugerido que muchas mujeres prefieren "chicos malos" para relaciones informales y de corta duración.


Referencia: http://evp.sagepub.com/content/14/1/1474704915623698



Estados de flujo y creatividad


Cuando se trata de creatividad, hay dos hechos que son claros. Primero, es una habilidad indispensable que necesitamos para prosperar en la vida. Segundo, la mayoría de las personas no tienen idea de cómo entrenarla.


flujo creatividad

Técnicamente, el flujo se define como un estado óptimo de la conciencia donde mejor nos sentimos y realizamos nuestros mejores esfuerzos. En el estado de flujo la concentración llega a estar tan centrada que nuestro sentido del 'yo' desaparece por completo. Y lo más importante, todos los aspectos del rendimiento están muy aumentados, incluido el rendimiento creativo.

En una reciente serie de estudios en Australia, 40 personas debían resolver un ejercicio sumamente complicado que requería una visión creativa profunda. Nadie lo resolvió. Pero cuando el flujo se indujo artificialmente (mediante estimulación magnética transcraneal), 23 personas lograron resolverlo correctamente.
Algo destacable fue que, en los días posteriores al estudio, los individuos también mostraban altos índices de creatividad. Esto quiere decir que un estado de flujo no solo aumenta la creatividad en el momento, sino que en realidad, nos habilita para ser más creativos en el mediano o largo plazo.


¿Cómo funcionan los estados de flujo?

El flujo es el producto de profundos cambios en la función cerebral normal. En dicho estado, nuestras ondas cerebrales se mueven rápidamente dentro de las ondas Beta, mucho más rápido que en el nivel normal de vigilia, convergiendo además en un movimiento más lento hacia el límite de las ondas Alfa y Theta.
Las ondas Alfa se asocian con soñar despierto, un estado en el que podemos ir de un pensamiento a otro sin mucha resistencia. Por su parte, las ondas Theta se evidencian justo antes de quedarnos dormidos, en esa brecha donde las ideas se combinan de una manera radical.

Pero las ondas cerebrales son sólo el comienzo, el flujo también es causado por "hipofrontalidad transitoria", es decir, la desactivación temporal de la corteza prefrontal.
La corteza prefrontal es la parte del cerebro que alberga la mayor parte de nuestra información cognitiva, esta es la razón porque el sentido del 'yo' desaparece en el flujo.
Esto tiene enormes consecuencias para la creatividad. Por ejemplo, la corteza prefrontal dorsolateral, la parte del cerebro encargada de autocontrol y el impulso, queda desactivada. Al igual que el córtex prefrontal dorsolateral, nuestro crítico interno, la voz de la duda. Como resultado de esto, estamos mucho menos críticos y más osados. Dicha condición aumenta notablemente nuestra capacidad de imaginar nuevas posibilidades.

Por último, durante el flujo, el cerebro libera una enorme cascada de neuroquímicos. Norepinefrina, dopamina, endorfinas, anandamida, y serotonina inundan nuestro sistema. Todos estos químicos están destinados a aumentar nuestra sensación de placer, otro componente considerable para la creatividad.
Pero también, la noradrenalina y la dopamina sirven para concentrarnos mejor, aumentando las posibilidades imaginativas. Por su parte, la anandamida incrementa el pensamiento lateral, lo que aumenta nuestra capacidad para buscar soluciones mediante estrategias o patrones no estandarizados, es decir, que normalmente serían ignorados por nuestro razonamiento lógico.

En conjunto, estos cambios neuroquímicos, neuroeléctricos y neuroanatómicos en la función del cerebro nos proporcionan una detallada explicación de cómo las personas llegan a tener muy altos índices de creatividad. Pero todo esto es una consecuencia, el foco se debería situar en entrenar las capacidades de las personas para que éstas sean capaces de encontrar sus flujos creativos, la neurobiología se encargará del resto.



Nuestros sentimientos responden a imágenes, no a números


¿Por qué los números no logran cambiar nuestros sentimientos o empatía hacia determinadas situaciones?


sentimientos y números

Hace un tiempo, Elizabeth Dunn, profesora de psicología de la universidad British Columbia (Canadá), realizó un experimento sobre la reacción de la gente ante una tragedia en un lugar lejano y el impacto que podría generar el número de víctimas.
Para ello escogió a un grupo de voluntarios. A la mitad de los participantes les mostró una noticia extraída de un periódico en la cual se describía un incendio forestal y que a causa de dicho siniestro habían fallecido dos personas. A la otra mitad de los participantes se les hizo leer una noticia, también acerca de un incendio forestal, pero en este caso los muertos eran doce.
Se podría pensar que ante una mayor cantidad de víctimas, el sentimiento de pena o pesar podría ser mayor. Pero no, en situaciones como esta, la gente es insensible a los números.

¿Por qué ocurre esta situación? En comparación con nuestra historia evolutiva, los números como símbolos de comunicación son invenciones culturales muy recientes. Esto significa que las partes más antiguas de nuestro cerebro, que incluyen las regiones sensoriales y donde se generan las emociones, no los entienden muy bien. En cambio, estas regiones primitivas del cerebro son mejores comprendiendo imágenes.

Tanto es así, que la profesora Dunn volvió a repetir el mismo experimento con distintas personas, pero esta vez le introdujo un cambio: acompañada de las noticias estaban las fotos de las personas fallecidas.
Esta vez sí, los participantes experimentaron mayores niveles de pesar con la noticia de mayor número de muertes.


Cuánto menos gente, más satisfacción al donar

Por otra parte, en otra investigación realizada en la Universidad de Oregón, se encontró que la gente mostraba más preocupación por una trágica historia acerca de una sola persona, que por una historia trágica acerca de muchos individuos. De hecho, en este sentido los estudios muestran que, en promedio, la gente dona más dinero y queda más complacida por dicha donación para una beneficencia cuando la descripción se refiere a una sola persona, que cuando se refiere a muchas.

Esto ocurre porque la compasión y empatía son generadas por nuestro cerebro primitivo, y el cerebro más viejo simplemente no se ocupa de los números. Sin embargo, responde muy bien a los estímulos sensoriales, como ya vimos en el experimento de los incendios forestales.
En el segundo experimento ocurre algo similar, cuando una persona necesita ayuda, dicho individuo tiene nombre, apellido y un problema en concreto, esto crea una imagen emocional en nuestra mente. En cambio, cuando el problema es de muchas personas es difícil hacer una imagen mental que realmente capture el sufrimiento de muchos individuos. En este caso, el cerebro piensa en esas personas en base a números, esto lleva a actuar más fríamente, porque como vimos, cuando nuestro cerebro más primitivo piensa en base a números se torna más insensible.

Nuestras mentes son excelentes para detectar cambios, pero una vez que entiende un patrón, las piezas individuales que componen ese patrón se desvanecen en la conciencia. Si a esto le sumamos que una parte de nuestro cerebro no entiende de números, tenemos como resultado una gran incapacidad para comprender la magnitud de determinadas tragedias humanas, y por qué muchas veces quedamos impasibles ante ellas.



¿Descubriste ya tu vocación?


vocación

Si te ha pasado de estar en el trabajo y tener la sensación de que esa ocupación no es tu cometido en este mundo, también es probable que pienses en esa vocación a la que por alguna razón no le has dado curso en tu vida. En tal caso, ese sería el peor escenario, ya que una investigación asegura que tener una vocación y no haberla desarrollado, es peor que no tener ninguna.
El saber que tenemos una vocación y no trabajar en ella conduce a mayor angustia psicológica y a síntomas físicos de estrés, incluso podría ser perjudicial para la salud.
Estos son los resultados de una investigación publicada en la revista "Journal of Vocational Behaviour".

Ya sabemos que las personas que siguen una vocación en ámbito laboral tienen mejores resultados en general, incluso en su vida personal. Pero los autores del estudio Paul Spector y Michele Gazica de la Universidad South Florida, teorizaron que no existían diferencias entre aquellas personas que nunca tuvieron la menor idea de cual era su vocación y los que tenían una pero nunca la llevaron adelante. Sin embargo, los resultados arrojaron que estos últimos poseen una peor salud física y psicológica.

Los autores del estudio investigaron esto con una muestra de 378 personas, algunos de ellos profesionales y profesores universitarios, que fueron divididos en grupos en función de las respuestas dadas en un cuestionario previo. Básicamente la segmentación fue:
a.) Aquellos que estaban trabajando en su verdadera vocación.
b.) Aquellos que sentían que tenían una vocación pero que no habían podido desarrollar.
c.) Aquellos individuos que nunca tuvieron idea de su vocación.

Todas estas personas participaron en diferentes tests sobre compromiso e implicación en el trabajo, compromiso profesional, niveles de satisfacción en la vida, salud física y bienestar emocional.
El grupo que obtuvo las peores calificaciones fue el integrado por individuos que sabían que tenían una vocación pero que no la habían llevado a cabo. Estos reportaron significativamente una peor salud, tanto física como psicológica. Sus puntuaciones fueron más bajas incluso que el grupo de aquellos que nunca sintieron vocación alguna.

Tengamos en cuenta que el estudio es transversal, por tanto, la verdadera causalidad podría no estar confirmada. De hecho, puede haber razones para pensar que la percepción de tener otra vocación podría ser consecuencia de una infelicidad laboral, ya que es en los peores períodos laborales cuando tendemos a pensar en que tenemos una vocación no desarrollada.


Un estudio transversal es un tipo de sondeo que mide la prevalencia y el efecto de una muestra en un determinado momento temporal, es decir, que no tiene continuidad en el tiempo.

¿Qué hacer si está sintiendo ese llamado de su talento incumplido? Bueno, siempre puede haber un estímulo para un nuevo comienzo. Si eso no fuera posible, otras personas en la misma situación han acomodado las cosas mediante alguna remodelación de su trabajo para incluir aspectos que realmente le importen, o también la búsqueda de una actividad de ocio que capture sus pasiones. Es indudable que debería responder a ese llamado, pero la forma de contestar, eso depende de usted. En definitiva, este estudio contribuye a demostrar que tener una vocación es un beneficio sólo si se lleva a cabo, y que nos puede generar un daño cuando no la desarrollamos.


Referencia:
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0001879115000901



¿A qué edad se sienten responsables los niños por un acto delictivo?


La edad en que los niños comienzan a tomar conciencia del daño que pueden ocasionar al cometer un delito y a sentirse responsables por sus acciones es una discusión que se remonta a muchísimo tiempo atrás.



Hoy en día, en la mayoría de los países del mundo este principio se reconoce por ley como "edad de responsabilidad penal". Por ejemplo, en España la edad de responsabilidad penal es a partir de los 14 años, en Inglaterra a los 10, en algunos estados de Estados Unidos es a los 7 años y en Bélgica a los 16.

En parte, esta enorme variación en todo el mundo se puede explicar debido a la poca investigación psicológica acerca de la comprensión de los niños frente a actos delictivos.
Un nuevo estudio realizado en Australia y publicado en la revista 'Legal and Criminological Psychology' ayuda a hacer frente a esta carencia, descubriendo que niños de tan sólo 8 años son tan capaces como los adolescentes y adultos en reconocer la gravedad de actos delictivos, en comparación con una mera picardía (una capacidad vital para que una persona sea considerada penalmente responsable de sus acciones).

Dos investigadores, Kay Bussey y Paul Wagland, de la Universidad Macquarie (Sidney) mostraron decenas de historias a niños, adolescentes y adultos jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 7 y los 22 años. Dichas historias describían incidentes relativos a asaltos, delitos contra la propiedad, robos e incendios intencionales. La edad y el sexo del agresor de las historias siempre estaban en concordancia con la edad y el sexo de la persona que leía la narración.
La mitad de los participantes leyeron versiones que eran equivalentes a un delito, mientras que la otra mitad leyó versiones que describían actos más afines a una mera travesura.


Por ejemplo, un delito era descrito como un incendio premeditado, en el cual el protagonista deliberadamente provoca un incendio forestal que crece fuera de control y destruye varias viviendas. La versión "travesura" era la de un individuo que arroja un papel prendido fuego a una papelera.

Los investigadores encontraron que los niños a partir de los 8 años, ya calificaban los actos criminales de la misma forma que los demás participantes de mayor edad. Esto quiere decir que a partir de esa edad los hechos delictivos fueron catalogados como moralmente más negativos que las travesuras. También hicieron juicios más severos cuanto más graves eran los delitos, especialmente cuando habían víctimas.
Es más, a partir de los 8 años eran tan capaces como los mayores en reconocer la ilegalidad de los actos delictivos, de las consecuencias que éstos podrían derivar en términos de castigos y en lo injustificables que eran los hechos en sí.

Los autores dicen que los resultados mostraron que a partir de los 8 años, los niños pueden comprender lo ilícito de una conducta criminal y evaluarla de manera diferente a una travesura.
Por supuesto, los investigadores reconocen que depende de muchos otros factores el hecho de si un niño debe ser considerado penalmente responsable por sus acciones. Pero también es cierto que este estudio aclara algunos puntos sobre la comprensión de la criminalidad durante la infancia.


Referencia: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/lcrp.12090/abstract



Hombres, regalos y juguetes para adultos


Aquellos hombres que en su etapa prenatal recibieron más testosterona tienden a ser más masculinos, a correr más riesgos ya sea con dinero o con su seguridad personal y a tener una mejor capacidad atlética. También son proclives a gastar más dinero en sus parejas.


hombre regalo

Los investigadores pueden saber si un hombre recibió una mayor cantidad de testosterona mientras estaba en el útero materno, debido a que esta hormona influye en cómo crecen los dedos. Cuanto mayor sea el dedo anular de una persona (en relación al dedo índice) mayor cantidad de testosterona tendrá.
Ahora los científicos han encontrado que estos individuos también son más generosos a la hora de hacer regalos sexys.


La relación entre los dedos anular e índice se conoce como relación 2D:4D y sirve para conocer la exposición prenatal a la testosterona.

Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Montreal (Canadá) midió dicha relación en 130 hombres adultos. Posteriormente, en un cuestionario se les hicieron preguntas como: ¿si debiera hacer ahora un regalo a su pareja, en qué pensaría primero: ropa interior, un juguete erótico o algún otro tipo de producto?

Los investigadores también midieron el 'Índice de Confianza de Apareamiento' de los participantes. Esto es la facilidad y seguridad que una persona percibe que tiene para conseguir nuevas parejas.


Resultados

Los hombres con alta confianza de apareamiento eran más propensos a hacer regalos eróticos.
Aquellos hombres con mayores tamaños en sus dedos anulares, es decir mayor relación 2D:4D, también eran propensos a hacer este tipo de regalos, pero sólo si también tenían buenos niveles de confianza de apareamiento.
Los hombres cuya relación 2D:4D era alta pero que puntuaron bajo en confianza de apareamiento, eran menos propensos a hacer regalos para adultos, incluso que aquellos hombres con menores niveles en la relación 2D:4D.

Según los autores del estudio, esto último se debe a que los individuos con dedos altamente masculinizados pero baja confianza de apareamiento, tienden a tener una visión más negativa con respecto a este tipo de obsequios.


Referencia: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0191886915300386